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Adolescentes, Amor romántico y los signos iniciales de la violencia machista

Z CONSTRUYE

13 de Noviembre de 2018

Carmen Ruiz Repullo: 

“El verdadero peligro de la violencia machista reside en la normalización y aceptación de gran parte de la misma”


Carmen Ruiz Repullo, ganadora del Premio Meridiana 2017 por la labor en materia de coeducación y prevención de la violencia de género en jóvenes, es doctora en Sociología por la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla con la tesis titulada: “Los peldaños perversos del amor. El proceso de la violencia de género en la adolescencia”.  Lleva casi 20 años trabajando con diferentes colectivos, en materia de educación para la igualdad, así como la prevención de la violencia machista y la violencia sexual en adolescentes y jóvenes. 

Esta experta en violencia de género en adolescentes utiliza desde hace años en sus talleres un cuento llamado La historia de Pepe y Pepa, con el que intenta ayudar a los adolescentes a detectar posibles situaciones de maltrato más allá de la agresión física.  


- ¿Quiénes son 'Pepa y Pepe' y cuál crees que es el motivo de que su historia se haya hecho viral? (en menos de dos semanas de su publicación, supero el millón de reproducciones)

- Pepa y Pepe recogen una realidad, por desgracia, más común de lo que pensamos y que tiene lugar en las edades más jóvenes. Realmente, esta historia ha tenido la repercusión que ha tenido porque sus argumentos son fruto de lo que me han contado las adolescentes que la han sufrido. El sentirse identificadas con Pepa tiene que ver con lo que otras Pepas me han contando, sus sufrimientos, sus miedos, sus dudas, etc. Además, es una historia donde la violencia más reconocida, la violencia física, no es protagonista, algo que quería dejar muy en el último plano. La violencia de género no es solo violencia física, hay que identificarla mucho antes. 


"A las mujeres se nos pide un esfuerzo enorme en el amor romántico, se nos exige casi que nos pongamos en un segundo plano por amor"


- ¿De qué forma influye lo que entendemos por ‘amor romántico’ en la violencia de género? ¿Cómo crees que ha evolucionado en los últimos años?

- El amor romántico, como construcción social y cultural, hunde sus raíces en la desigualdad de género, en la heteronormatividad como regla social, y sobre todo en la desigual posición de mujeres y hombres en la misma. A las mujeres se nos pide un esfuerzo enorme en el amor romántico, se nos exige casi que nos pongamos en un segundo plano por amor. Hoy día, este amor romántico se ha teñido de falsos mitos como los celos, el cambio por amor o la media naranja, que no hacen sino asentar el verdadero objetivo: que las mujeres seamos presas del amor, no libres. A este mensaje están ayudando determinados largometrajes, series, canciones, y un largo etcétera que producen un ideario romántico que perjudica seriamente a las chicas, en particular, y a las mujeres en general. 


- Los datos -que recogen sólo una parte del problema- demuestran que lejos de descender, la violencia de género se mantiene: ¿qué estamos haciendo mal?  

- Seguimos teniendo una base machista que regenera el sistema patriarcal y lo convierte en un bastión difícil de derribar. La mayoría de las chicas que sufren violencia de género no denuncian, muchas de ellas abandonan la relación sin denunciar y el chico agresor sigue conquistado nuevas posibilidades de ejercer su poder. 

En este sentido, una de las principales cosas que estamos haciendo mal es culpabilizar a la víctima y desculpabilizar al culpable. Por ello, es necesario la revisión de estos casos en los medios de comunicación, el grupo de iguales, las redes sociales, etc. 


- ¿Qué papel juegan los centros escolares y familias y qué medidas deberían de tomar para minimizar este fenómeno?

- El papel es fundamental, tanto el de la familia como el de la escuela, ambas forman un tándem en materia educativa y preventiva que hemos de considerar de primer orden. También habría que revisar los instrumentos de socialización que se utilizan: cuentos, juguetes, dibujos, y un largo etcétera que nos sigue educando en posiciones desiguales a chicas y chicos. Hemos de educar en el empoderamiento de las chicas y en la empatía de los chicos, esto es un eje fundamental de la pedagogía coeducativa.


"El verdadero peligro de la violencia machista reside en la normalización y aceptación de gran parte de la misma"


- ¿Cómo se puede detectar a Pepas y Pepes? ¿Cuáles dirías que son los síntomas más peligrosos?

- El verdadero peligro de la violencia machista reside en la normalización y aceptación de gran parte de la misma. Los primeros estadios de esta violencia están muy normalizados, se aceptan, no como forma de violencia, sino como muestra de amor. Para mi este sería el verdadero trabajo que debemos realizar para prevenir la violencia machista. 

En otro sentido, hay signos que tanto las familias como la escuela pueden detectar, por ejemplo, las chicas que sufren violencia de género suelen estar más alejadas de sus amistades, estar continuamente pendiente del móvil para ver qué le dice el chico, suelen bajar su nivel académico, estar más irascibles por lo que están sufriendo, etc. 


¿Cuándo crees que familias y centros escolares deben empezar a alarmarse y prepararse para actuar?

- Pienso que la alarma debe llegar cuando se da un caso, es decir, cuando vemos que es posible que la violencia machista se materialice en la adolescencia, y de esto, gracias a las cifras oficiales, tenemos bastante cuenta y desgraciadamente bastante casos. De hecho, los datos de 2017 sobre chicas menores de dad que han sufrido violencia, y chicos menores de edad que la han ejercido, no deja de aumentar en comparación con años anteriores. Estos datos son los que nos tienen que llevar a poner en práctica proyectos y programas que nos permitan disminuir estas cifras a la mayor brevedad posibles. 


"Debemos trabajar por una educación afectiva y sexual libre, desde la pedagogía del placer y no desde la pedagogía del peligro"


- ¿Cuáles dirías que son los signos más habituales de desigualdad con los que conviven los adolescentes? ¿cómo pueden hacer los padres y educadores que sean conscientes de ellos?

- Como bien argumentó en su momento Amelia Valcárcel, el principal signo de machismo está en el “espejismo de la igualdad”, en creer que la desigualdad está desaparecida y en pensar que hombres y mujeres estamos en la misma posición y tenemos las mismas oportunidades. Especialmente en la adolescencia se dan discriminaciones diferentes a otras etapas de la vida, donde el empleo o la corresponsabilidad ponen cara a esta desigualdad de manera más evidente. En estas edades las relaciones afectivas y sexuales, los espacios de ocio, la tiranía de lo estético, entre otras cuestiones, son las discriminaciones que más se repiten en la gente joven. 

Hay que educar en lo afectivo-sexual, en la autoestima especialmente a las chicas, y en la empatía a los chicos. No podemos seguir dejando esta educación a la pornografía, en los chicos, y a porno-libros machistas a las chicas. Debemos trabajar por una educación afectiva y sexual libre, desde la pedagogía del placer y no desde la pedagogía del peligro.


¿Qué puntos en común tienen las personas que ejercen maltrato físico o psicológico en la adolescencia? ¿Podemos hablar de un perfil típico o hay pepes muy dispares?

- No, no existe un perfil concreto de maltratador adolescente, aunque sí existen algunas pautas de comportamiento que debemos detectar. En este sentido, encontramos aspectos como los celos, la relación con su familia, el tipo de amistades, los comentarios machistas, aunque parezcan de broma, etc. Pese a esto, es muy difícil detectar a un chico que pueda ser un maltratador, ninguno se presenta así para la conquista. Además, si lo tuviésemos muy claro, lo que al final estaríamos haciendo es culpabilizar a la chica por una mala elección, y esto de nuevo nos vuelve a poner en el enfoque de analizar la violencia machista desde las chicas y no desde los chicos, que es don de debemos poner el foco. 


- ¿Cómo influyen las redes sociales en este tema? Y sus referentes (youtubers, influencers…)

- Cuando trabajas con la adolescencia te das cuenta que no existe un mundo fuera de las redes sociales y otro dentro, los espacios virtuales son parte de su vida, no se pueden analizar de manera paralela. Las redes están, como la vida misma, para lo bueno y para lo malo, por eso la única salida es educar en un buen uso. 

Las redes sociales se han convertido en espacios de relación, en espacios de socialización, a través de ellas se va conformando también la identidad. Si nos centramos en sus referentes, son de diversa índole, depende siempre de cuales sean sus intereses, sus gustos, sus inquietudes. Si hablas con adolescentes feministas, siguen a unas personas, si hablas con adolescentes que les gustan los videojuegos, siguen a otras, si les gusta la música o el futbol a otras, y así continuamente. Lo que sí estoy viendo estos últimos años, es que el feminismo se ha situado entre sus preferencias, no para una mayoría, pero sí para un grupo importante, y esto hace que proliferen otro tipo de youtubers. A este respecto, se puede decir que el caso de “la manada” ha influido en esta toma de conciencia por parte de las chicas jóvenes, que han inundado sus redes con mensajes denuncia hacia los chicos agresores y apoyo a la chica. 




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